“MES DE MAYO MES DE MARÍA”
¡LA REINA Y MADRE DE LA FAMILIA SALESIANA!
¡HAGAMOSLE UN OBSEQUIO A NUESTRA MADRE CADA DIA!
“En TODOS LOS PELIGROS INVOCAD A MARÍA, y os aseguro que SERÉIS LIBRADOS”. DON Bosco
SUCEDIÓ EN MAYO
“Era el 3 DE MAYO DE 1867. Don Bosco fue al pueblo natal de Caramagna. Después de la comida, EL DOBLE PATIO SE LLENÓ DE GENTE PIDIENDO LA BENDICIÓN DEL HOMBRE DE DIOS.
»La primera persona que se presentó a don Bosco FUE UNA POBRE MUJER, YA AVANZADA EN AÑOS, MUY DERRENGADA Y QUE SE ARRASTRABA SOBRE DOS MULETAS. Había oído hablar de la eficacia de las bendiciones de don Bosco y esperaba. Entonces abrí mis ojos para observar a la distancia de apenas un metro la escena que empezaba, y FUI TESTIGO DE ESTE DIÁLOGO, SEGUIDO DE UN MILAGRO. Don Bosco empezó diciendo:
»-»Qué quiere, buena mujer?
»-¡DON BOSCO! ¡TENGA COMPASIÓN DE MÍ! ¡DÉME SU BENDICIÓN!
»-De todo corazón; pero »TIENE USTED FE EN LA VIRGEN?
»-¡Sí, mucha!
»-Entonces, continuó don Bosco, RÉCELE Y LE CONCEDERÁ LA GRACIA.
»-RECE USTED, QUE ES UN SANTO; YO NO SÉ REZAR BIEN.
»-Tenemos que REZAR LOS DOS.
»-Bien, HARÉ COMO USTED DICE.
»-Entonces, ARRODÍLLESE.
»-¡Don Bosco! HACE YA MUCHO TIEMPO QUE NO PUEDO ARRODILLARME, TENGO LAS PIERNAS COMO MUERTAS.
»-¡DON BOSCO! ¡TENGA COMPASIÓN DE MÍ! ¡DÉME SU BENDICIÓN!
»-De todo corazón; pero »TIENE USTED FE EN LA VIRGEN?
»-¡Sí, mucha!
»-Entonces, continuó don Bosco, RÉCELE Y LE CONCEDERÁ LA GRACIA.
»-RECE USTED, QUE ES UN SANTO; YO NO SÉ REZAR BIEN.
»-Tenemos que REZAR LOS DOS.
»-Bien, HARÉ COMO USTED DICE.
»-Entonces, ARRODÍLLESE.
»-¡Don Bosco! HACE YA MUCHO TIEMPO QUE NO PUEDO ARRODILLARME, TENGO LAS PIERNAS COMO MUERTAS.
»-No importa, ¡ARRODÍLLESE!
»Y la pobre mujer, queriendo obedecer, SE APOYABA EN LAS DOS MULETAS E INTENTABA DESLIZARSE SOBRE ELLAS hasta llegar al suelo; pero don Bosco, QUITÁNDOSELAS DE DEBAJO DE LOS BRAZOS Y DE LAS MANOS, díjole resueltamente:»
»-ASÍ NO, ASÍ NO...; ARRODÍLLESE BIEN.
»REINABA ENTRE EL GENTÍO UN SILENCIO SEPULCRAL; no se oía respirar;
¡HABÍA MÁS DE SEISCIENTAS PERSONAS PRESENTES! La mujer se arrodilló en el suelo como por ensalmo y DECÍA LLORANDO:
¡HABÍA MÁS DE SEISCIENTAS PERSONAS PRESENTES! La mujer se arrodilló en el suelo como por ensalmo y DECÍA LLORANDO:
»-DON BOSCO, »CÓMO TENGO QUE REZAR?
»-¡DIGA CONMIGO, REPLICÓ DON BOSCO, TRES AVEMARÍAS A LA VIRGEN AUXILIADORA! don Bosco, quien TUVO QUE SEGUIR UNA LARGA HORA BENDICIENDO Y CONSOLANDO A TODOS. A LA VIEJECITA SE LA VIO DESPUÉS CAMINANDO POR EL PUEBLO, ALEGRE Y SUELTAMENTE, CON AYUDA DE UN BASTONCITO, POR SU AVANZADA EDAD. También mi hermano Luis fue testigo de este hecho».
La causa de tanto entusiasmo y arrebato de fe SE DEBIÓ A QUE SE CORRIÓ LA VOZ DE QUE EL PREDICADOR ERA UN SACERDOTE SANTO. Por la mañana había sido INVITADO DON BOSCO A VISITAR A UNA SEÑORA ENFERMA DE CÁNCER DESDE HACÍA MUCHO TIEMPO. Después de exhortarla a CONFIAR EN MARÍA AUXILIADORA, LA BENDIJO Y LE SEÑALÓ EL DÍA SIGUIENTE PARA LEVANTARSE EL DÍA DESPUÉS, QUE ERA DOMINGO, PARA SALIR DE CASA E IR A MISA, y el final de mes para ir a Turín a HACER UNA OFRENDA EN ACCIÓN DE GRACIAS A MARÍA AUXILIADORA. Pero, pocos minutos después de que don Bosco saliera de la habitación, LA ENFERMA SE SINTIÓ PLENAMENTE CURADA DE SU ENFERMEDAD, AGITÓ LA CAMPANILLA, ACUDIÓ TODA LA FAMILIA Y LES COMUNICÓ QUE ¡ESTABA SANA!. Se levantó, salió de casa, fue enseguida a la iglesia parroquial a dar gracias a la Santísima Virgen, y, antes de que don Bosco dejase aquel lugar, CON GRAN MARAVILLA DE TODOS, FUE A VERLE Y ENTREGARLE LA LIMOSNA OFRECIDA, QUE FUE DE TRES MIL LIRAS. Tenemos también testimonio de este hecho escrito por don Luis Costamagna, quien añade:
«Después de estos hechos y algún otro que por brevedad omitimos, DE TODOS LOS CUALES FUI TESTIGO, debía don Bosco volver al Oratorio aquella misma tarde; SE ENCONTRÓ LA CALLE LLENA DE GENTE QUE QUERÍA VERLE Y LE IMPEDÍA EL PASO; y no le dejaron partir hasta que, arrodillados en tierra, RECIBIERON TODOS SU BENDICIÓN UNA VEZ MÁS».
Al salir del pueblo PRONUNCIÓ EL VENERABLE UNAS PALABRAS PROFÉTICAS. La molinera, apellidada Allaria, LE PRESENTÓ A DOS HIJAS SUYAS, una de doce años buena, tranquila, sencilla y muy devota, y otra de catorce, de natural muy vivo que se presentaba menos seria y, al menos en apariencia, descuidada. LA MADRE PUSO LA PEQUEÑA A LA DERECHA DE DON BOSCO Y LA MAYOR A LA IZQUIERDA PARA QUE LAS BENDIJERA; pero, con sorpresa suya, el Siervo de Dios HIZO CAMBIAR DE SITIO A LA UNA POR LA OTRA: y, volviéndose a la mayor, dijo:
-¡ESTA SE HARÁ RELIGIOSA Y LLEGARÁ A UN ALTO GRADO DE SANTIDAD!... Y ASÍ FUE
SON COSAS DE LA FE, SON COSAS DEL AMOR, SON COSAS DE DIOS, SON COSAS DE UNA MADRE….¡SON COSAS DE MARÍA AUXILIADORA!
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